La pregunta seguramente está en la cabeza de más de uno pero ¿y la respuesta? Aunque, en principio, es complicado aventurarse a dar una fecha de caducidad para Windows XP, las tendencias y valores del mercado pueden ayudar a aproximarse a una cercana al verano de 2016. Más de dos años después del fin de soporte oficial. Jack Schofield de ZDNet ha sido el aventurero que fija el fin de Windows XP. Según él, la evolución del sistema le dejará por debajo del 1,5% antes de dos años, concretamente en julio de 2016.
Una cuota de mercado que quizás dure mucho tiempo pero que sería insignificante para el sector. No todas las voces piensan lo mismo. Otros consideran que la vida de Windows XP será mucho más larga y su desaparición costará mucho más tiempo. En 2015 podría todavía estar en el 16% de los ordenadores y en 2016, en un 8%. Solo un gran agujero de seguridad o virus podría hacer descender las cifras hasta las pronosticadas por Schofield.
Windows XP lleva unos meses cayendo ligeramente en cuota de mercado después de que en febrero viviera una pequeña remontada. Los últimos datos hablan de un 25,31%. Un porcentaje que baja de una forma mucho más lenta de lo que seguramente esperaba Microsoft.
Teniendo en cuenta que todavía existen equipos de forma residual con Windows 98 y 2000, es lógico pensar que un fin de soporte no es suficiente para acabar con Windows XP. De hecho, la realidad ha demostrado que no lo es. El “efecto renovación” no se ha dado de forma tan fuerte como esperaba el gigante.
El sistema operativo tan bien acogido hace 12 años tiene una base instalada demasiado amplia tanto en consumo como en corporativo como para desaparecer de pronto. Sin embargo, dos años pueden ser tiempo suficiente para conseguir que el parqué de PCs se renueve y traslade a Windows 8. Está en manos del canal y el consumidor. ¿Está dispuesto el consumidor a migrar? ¿Conseguirá el canal que lo haga?
Una cuota de mercado que quizás dure mucho tiempo pero que sería insignificante para el sector. No todas las voces piensan lo mismo. Otros consideran que la vida de Windows XP será mucho más larga y su desaparición costará mucho más tiempo. En 2015 podría todavía estar en el 16% de los ordenadores y en 2016, en un 8%. Solo un gran agujero de seguridad o virus podría hacer descender las cifras hasta las pronosticadas por Schofield.
Windows XP lleva unos meses cayendo ligeramente en cuota de mercado después de que en febrero viviera una pequeña remontada. Los últimos datos hablan de un 25,31%. Un porcentaje que baja de una forma mucho más lenta de lo que seguramente esperaba Microsoft.
Teniendo en cuenta que todavía existen equipos de forma residual con Windows 98 y 2000, es lógico pensar que un fin de soporte no es suficiente para acabar con Windows XP. De hecho, la realidad ha demostrado que no lo es. El “efecto renovación” no se ha dado de forma tan fuerte como esperaba el gigante.
El sistema operativo tan bien acogido hace 12 años tiene una base instalada demasiado amplia tanto en consumo como en corporativo como para desaparecer de pronto. Sin embargo, dos años pueden ser tiempo suficiente para conseguir que el parqué de PCs se renueve y traslade a Windows 8. Está en manos del canal y el consumidor. ¿Está dispuesto el consumidor a migrar? ¿Conseguirá el canal que lo haga?
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