Como si de la película de “Terminator 2” y de su androide del futuro T-1000 se tratara, un equipo de científicos de la firma Carbon3D de Silicon Valley (EE.UU.) ha conseguido, mediante un nuevo sistema, acelerar la impresión en 3D gracias a introducción de un medio líquido en el proceso. El trabajo ha sido publicado en la revista Science.
Esta nueva tecnología bautizada como CLIP (Continuous Liquid Interface Production) permite imprimir los objetos en 3D hasta 100 veces más rápido que los actuales sistema de impresión en 3D. Su funcionamiento se basa en manipular la luz y el oxígeno para fusionar objetos en medios líquidos; es, por tanto, la primera que utiliza la fotoquímica sintonizable en lugar del enfoque de capa por capa para la impresión 3D.
¿Cómo funciona? Básicamente mediante la proyección de haces de luz a través de una ventana permeable al oxígeno en una especie de resina líquida. El resultado es un objeto con un nivel de detalle exquisito que da a los objetos un acabado perfecto en su forma y sin fracturas en el interior y de hasta 20 micras de grosor (mucho más delgado que una hoja de papel).
“Esta tecnología permite la fabricación de un objeto polimérico 3D en cuestión de minutos u horas en lugar de días, lo que abre la puerta a los stents coronarios personalizados, implantes dentales o prótesis impresas bajo demanda en un entorno médico”, explica Joseph DeSimone, creador de la nueva impresora.
Esta nueva tecnología bautizada como CLIP (Continuous Liquid Interface Production) permite imprimir los objetos en 3D hasta 100 veces más rápido que los actuales sistema de impresión en 3D. Su funcionamiento se basa en manipular la luz y el oxígeno para fusionar objetos en medios líquidos; es, por tanto, la primera que utiliza la fotoquímica sintonizable en lugar del enfoque de capa por capa para la impresión 3D.
¿Cómo funciona? Básicamente mediante la proyección de haces de luz a través de una ventana permeable al oxígeno en una especie de resina líquida. El resultado es un objeto con un nivel de detalle exquisito que da a los objetos un acabado perfecto en su forma y sin fracturas en el interior y de hasta 20 micras de grosor (mucho más delgado que una hoja de papel).
“Esta tecnología permite la fabricación de un objeto polimérico 3D en cuestión de minutos u horas en lugar de días, lo que abre la puerta a los stents coronarios personalizados, implantes dentales o prótesis impresas bajo demanda en un entorno médico”, explica Joseph DeSimone, creador de la nueva impresora.
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