
El asunto concreto son los gusanos planos, más conocidos como planarias o turbelarios, y el hecho de que los trozos de éstos son capaces de regernarse para formar nuevos organismos, un comportamiento que 120 años después sigue siendo igual de impactante, pero sobre el que todavía no se ha concretado qué ocurre exactamente con las células que lo hacen posible.
Pues bien, gracias al esfuerzo de programación que hicieron en un ordenador científicos de la Universidad de Tufts dicho sistema fue capaz de elaborar una teoría sobre dicha incóg
nita, de forma propia y sin intervención posterior de dichos expertos, gracias a la aplicación de ingeniería inversa.
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