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Un grupo de científicos liderado por Natasha Vita-More, de la fundación Alcor Life Extension Foundation en Scottsdale, Arizona, y Daniel Barranco, de la Universidad de Sevilla en España, llevaron a cabo una interesante prueba con diferentes gusanos que fueron mantenidos en un estado de criogenización.
Antes de proceder a la congelación se enseñó a estos organismos vivos a identificar el olor del compuesto químico benzaldehí
do, un recuerdo que mantenían tras pasar por 30 minutos de criogenización, aunque debemos tener en cuenta que no todos los gusanos sobrevivieron a dicho proceso.
Según los expertos esto sugiere que la memoria y los recuerdos no se pierden con la criogenización, al menos aquellos adquiridos a través del sentido del olfato, aunque otros científicos han contrariado esta afirmación asegurando que el cerebro humano es demasiado complejo como para no verse afectado en mayor o menor grado por este tipo de congelación.
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