Sí, esa es la “perla” que ha lanzado Kerrisdale Capital Investment, acompañando un informe sobre el gigante rojo en el que sólo faltaba el dibujo de la parca acompañando la portada del mismo para darle “un toque de color”.
Entre los puntos clave que destacan en el análisis se enfatiza la gran dependencia de AMD dentro del sector de componentes para PC de consumo general, un mercado altamente variable y volátil, según los analistas, y la incapacidad de la compañía para saltar con éxito a otros sectores.
Junto a esto también califican a la firma de Sunnyvale como “una compañía de legado”, haciendo referencia a que se beneficia demasiado de su reputación y logros pasados para disipar fantasmas relacionados con su mal funcionamiento actual, algo que me resulta absurdo y mal planteado.
Desde un primer momento AMD lo ha tenido difícil para competir con Intel, pero lo cierto es que la compañía ha lanzado en su momento grandes productos con los que superó a las alternativas del gigante del chip, y posteriormente tras la compra de ATi hizo lo mismo con NVIDIA.
A pesar de todo ha sido precisamente la reputación, y por tanto esa referencia a legado con la que levantan el dedo acusatorio sobre AMD, la que salvó, junto al juego sucio, a Intel en la etapa Pentium 4 frente a los Athlon 64 de AMD.
Esto, unido a la menor inversión en márketing y el desconocimiento del usuario básico que se deja llevar por la marca Intel, ha hecho mucho daño a AMD en todos los frentes, detalles que estos “analistas profesionales” parecen haberse olvidado “debajo del piano”.
No podemos concretar si AMD acabará quebrando o no, de hecho es imposible decir nada con seguridad de ninguna empresa en ese sentido, pero por el bien de nosotros, los consumidores, esperamos que Zen sea un éxito, y las R9 300 también.
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