140 empresas del sector tecnológico on Apple y Google a la cabeza, entidades y defensores de la privacidad, especialistas en cifrado, científicos del MIT y hasta algunos asesores del propio gobierno, han firmado una petición al presidente de Estados Unidos, en la que piden que rechace cualquier propuesta que suponga la introducción de puertas traseras en productos de consumo y la debilitación del cifrado.
Las puertas traseras y la reducción o debilitación de la fuerza del cifrado en diferentes tipos de software de consumo general son peticiones de agencias como la NSA y la GCHQ para seguir espiando a mansalva todo lo que se mueva en la Red de redes. O en tu propia casa.
El cifrado de extremo a extremo implementado en los últimos iPhones o terminales Android fue fuertemente criticado por el ejecutivo de Estados Unidos ya que complicaba sus labores de espionaje. Sus responsables están presionando a Obama y al Congreso para que impida “tanta seguridad”.
De ahí una petición razonada para frenar la barbaridad que sería la debilitación de las tecnologías de cifrado o la instalación “legal” de puertas traseras en los firmwares de productos electrónicos como ya hemos visto en routers o en discos duros.
Además, los especialistas en seguridad citan la ingenuidad de suponer que si se implementa una puerta trasera o se debilita el cifrado solo podrán acceder los agentes de inteligencia y no los “malos” a los que se pretende combatir.
Por no hablar de la desconfianza que se está sembrando de todo lo que llegue de las tecnológicas estadounidenses y que tendrán incidencia en su cuenta de resultados.
Las puertas traseras y la reducción o debilitación de la fuerza del cifrado en diferentes tipos de software de consumo general son peticiones de agencias como la NSA y la GCHQ para seguir espiando a mansalva todo lo que se mueva en la Red de redes. O en tu propia casa.
El cifrado de extremo a extremo implementado en los últimos iPhones o terminales Android fue fuertemente criticado por el ejecutivo de Estados Unidos ya que complicaba sus labores de espionaje. Sus responsables están presionando a Obama y al Congreso para que impida “tanta seguridad”.
De ahí una petición razonada para frenar la barbaridad que sería la debilitación de las tecnologías de cifrado o la instalación “legal” de puertas traseras en los firmwares de productos electrónicos como ya hemos visto en routers o en discos duros.
Además, los especialistas en seguridad citan la ingenuidad de suponer que si se implementa una puerta trasera o se debilita el cifrado solo podrán acceder los agentes de inteligencia y no los “malos” a los que se pretende combatir.
Por no hablar de la desconfianza que se está sembrando de todo lo que llegue de las tecnológicas estadounidenses y que tendrán incidencia en su cuenta de resultados.
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